domingo, 4 de octubre de 2009

EVOLUCIÓN Y EGOISMO

EVOLUCIÓN Y EGOISMO

Independientemente de la perspectiva que se elija para explicar el egoísmo que se muestra en las conductas animales, a través de las máquinas de supervivencia de los defensores del gen egoísta o mediante una visión de grupo, me preocupa el origen de estas conductas y como se han gravado en nuestro acervo genético.
Entre los ejemplos interesantes, me fascina especialmente el del cuco: una hembra de cuco coloca un huevo sobre el nido de otra especie completamente distinta, como por ejemplo el carricero común. Al cabo, el polluelo de cuco elimina la competencia (la prole original), quedando solo como único pollo a alimentar por unos padres que ven que el nido se queda pequeño para su voraz polluelo. En todo esto hay muchas preguntas que surgen: ¿Cómo se origina este comportamiento? ¿Cómo es posible que no sea repudiado el pollo del cuco por sus padres adoptivos? ¿Cómo no ha evolucionado una conducta del carricero, tendente a eliminar dicha forma de parasitismo? ¿Estamos ante un caso de egoísmo maquinado o bien de altruismo desproporcionado?
Reflexionando sobre el origen, sin duda el cuco es un especialista que explota las posibilidades que se le ofrecen. Desde el punto de vista genético, su éxito es pleno puesto que se consigue darle continuidad a sus genes (individualmente o como especie) con una inversión mínima en tiempo y en energía, puesto que la ponen otros. Puede parecer lógico que la selección natural haya mantenido estos genes. Sobre su origen hemos de imaginarnos una situación parecida a esta: los cucos, junto a otros grupos de aves anidan en lugares comunes (árboles, carrizos). La nidación es siempre una cuestión compleja puesto que implica energía y tiempo para realizarlo (sumando la ostentación que algunas aves hacen para atraer a las hembras). Esta competencia entre especies (y dentro de la misma) por los mejores lugares de anidamiento haría que con frecuencia, aquellos que lo hicieran en lugares no muy adecuados perdieran su nidada. Evolutivamente estarían perjudicados. Surge una nueva opción: poner los huevos sobre el nido ya elaborado por otra especie de ave. Es muy posible que antes de la puesta del cuco, si existe una puesta del anterior propietario esta se elimine y si no existe simplemente se ocupe. Claro que el beneficio de uno, es el perjuicio de otros. La pérdida del nido del ave propietaria supone un doble esfuerzo puesto que deberá construir otro (y esto, si no se le vuelve a robar). Evolutivamente esta pérdida del nido sería selectivamente castigada, mientras que la conducta del cuco favorecida. Al cabo de un tiempo, el cuco debería de nuevo buscar nidos, que tendría que elaborar él mismo.
Pero ¿y si el cuco no elimina la progenie del primer propietario? Lógicamente sería un grave perjuicio para este, puesto que hay individuos cuyos genes no son los suyos y compiten (al menos, por el espacio) con sus propias crías ¿En que momento se desarrolla la conducta actual del cuco?
¿Qué ocurriría si el cuco elimina todos los huevos de su hospedador? Si el desarrollo del cuco lleva a una eclosión más temprana y el alimento fuera suministrado por ambos, cuco y carricero, es evidente que el éxito sería pleno. Pede ser que la camada de carriceros permaneciera y fuera empollado por el usurpador. La ventaja aparecería cuando uno de los dos progenitores, cuco o carricero abandonara a su prole, con la seguridad de que sería alimentado por el otro. Es el cuco quien abandona y es posible que repita la operación con otra posible puesta en otro nido. Ahora su esfuerzo reproductivo se simplifica solo en la puesta. Anidamiento, cuidado y alimentación es ahora trabajo de otros. Evolutivamente, su premio estaría claro. Del conjunto de los cucos, aquellos que evolutivamente “seleccionaran” esta estrategia estarían en ventaja respecto a los demás. Desde la perspectiva del gen egoísta, se invierte más en la misma ave que en su descendencia, que lleva solo el 50% de sus genes frente al 100% de su progenitor.
Por el contrario, el ave parasitada no obtendría ningún beneficio, dará futuro a genes que no les son propios. ¿Cómo es posible que no se desarrollen mecanismos tendentes a su eliminación? Una posible explicación podría venir dada por al teoría clásica de la supervivencia de la especie, o por el bien de la misma. Podría tratarse de una forma de altruismo para su mantenimiento. También como una forma de autocontrol de las poblaciones de carriceros. Gracias a este parasitismo desarrollado por el cuco, la población de carriceros se controla. Es una especie de “altruismo” programado. ¿Pero y desde la Teoría del Gen Egoísta? ¿Cómo podemos explicarlo? Evolutivamente, es una conducta contraria a la supervivencia de esa máquina genética que invierte su energía en la perpetuación de genes de otro. Parece lógico pensar que los genes de aquellos carriceros que fueran parasitados por el cuco deberían desaparecer, puesto que no se transmiten.
¿Serán los cucos capaces de distinguir carriceros cuya capacidad de aceptación de crías del cuco fuera mejor? Si, pero evidentemente estos carriceros estarían abocados a la desaparición, puesto que sus genes no se transmitirían.
Es aquí donde encontramos el conflicto entre ambas explicaciones teóricas: idea del bien de la especie frente a egoísmo genético. Desde el punto de vista clásico la especie de carriceros soporta dicho parasitismo como forma de control (como lo sería otro factor ambiental), simplemente porque la especie evolutivamente no se verá afectada. Desde el punto de vista del gen egoísta ¿Cómo es posible que se mantenga un engaño tan perjudicial para dichos individuos? Puede ser que en caso de tratarse de un parasitismo parcial, en el que perviven los polluelos del carricero, la presencia de una cría de gran tamaño favorezca la supervivencia de sus propios polluelos, ahuyentando a otros predadores, pero cuando sólo el pollo de cuco pervive la explicación es más compleja:
1. Es una prueba del éxito de ciertos genes en ciertas máquinas de supervivencia
2. Es un hecho asumido (no conscientemente) que un número determinado de carriceros se vean parasitados por cucos, debido a su éxito evolutivo (como genes). Aún aceptando que es un hecho negativo, no afecta a su propia realización: hay otra posible generación a la espera y las posibilidades de ser de nuevo parasitazas son menores. Volvemos así a la explicación del bien de la especie.

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